Licantropia

 

Licantropia

   "El lobo aulla en el bosque nocturno"
Dos de la tarde, tres , cuatro, cinco y seis; pasan las horas mientras jugamos con nosotras .Somos dos licántropas tomándose la una a la otra con la furia de nuestros ancestros, extasiadas en nuestras secreciones espiritualmente corporales , lamiéndonos el estuche carnal de nuestras almas insurrectas, ambas gimiendo al mismo tiempo , ambas  totalmente extasiadas en nuestro propio placer egoísta. Nos pervertimos la una a la otra, pervertimos nuestro ser de la manera más sutil y perfectamente divina más allá del bien y del mal, nos bañamos en nuestro deseo.
Me pierdo en tu piel licantrópica mientras; al mismo tiempo, mis labios ruedan por tus pezones y los tuyos, tus labios de fuego, me recorren el cuerpo, me pierdo extasiada en tu placer que es mi placer perverso. Cada una de nosotras tan unidas en sí pero luchando por encontrar su propio placer en los gemidos de su proyección licantrópicamente perfecta.
Ahora, me pierdo en mí que es lo mismo que perderme en ti, mi licántropa perversa me pierdo en ti a la par que observo tus ojos ardiendo en latencia explosiva proyectar mi propio reflejo desnudo en el espejo.
Me pierdo en tu refracción licantrópica. Frente a mí, el espejo, devuelve este reflejo mudo testigo de nuestra lucha invisible de licantropías perversamente divinas y entonces tú y yo nos llevamos al abismo suicida del placer supremo mientras miramos con tentativo deseo el borde del orgasmo hecho abismo, Estoy a punto de estallar en pedazos de fuego, el ardor en mi alma se alista para incendiar cada uno de mis sentidos. Entonces, te miro en el destello de lo que me resta de coherencia antes de hundirme en el éxtasis de placer embriagadoramente supremo y sale de mí, un gemido extasiado que hace explotar el castillo de las lobas y lo convierte en mi habitación y vuelvo a mi para encontrarme envuelta entre mis sábanas con el cuerpo completamente mojado por nuestra lucha egoístamente perversa y te miro a los ojos mientras te diluyes de mi porque  la licántropa se ha ido dejando a la mujer satisfecha.




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