Animalismo y traición


 

He seguido a Frank Cuesta por muchos años, sin lugar a dudas, por su trabajo con los animales. Lo he seguido en cada aventura dentro de su santuario, creado precisamente para proteger y rescatar animales, o esa era la visión que daba en las redes sociales. Su lema “Si no hay demanda no hay negocio” me hizo pensar que, en efecto, la razón primordial por la que los animales corrían peligro y en algunos casos se extinguían era, sin lugar a duda, por la ambición y el interés humano que, en muchos casos, resulta ser egoísta.

Ves un papagayo colorido, libre y brillante en la selva, y lo quieres contigo, lo quieres en tu casa, y entonces contactas a un traficante y terminas arrancando al pobre animal de su hábitat. Y hay negocio precisamente por personas como la que describo.

Pero no nos vayamos por las aristas. Frank, sin lugar a dudas, defendía el bienestar de los animales y su imagen pública lo respaldaba. Un hombre intachable que rescata animales es lo que todos veíamos.

De pronto, se empiezan a filtrar audios y el personaje se nos cae, porque resulta que ahora él también quiso matar animales para preservar a los animales de su santuario, y él mismo también compró animales para el santuario. Al mismo tiempo, se vio su personalidad enervada frente a la forma de resolver su separación con su exesposa. Y entonces vimos que Frank Cuesta no era un personaje; era también un ser humano imperfecto.

Detrás de esas acciones, vemos a un ser humano expuesto en su humanidad por precisamente su “mejor amigo”, el cual, por cierto, encubrió el supuesto “terrible proceder” durante años y, de pronto, empieza a exponer audio tras audio la “repudiable” conducta, exponiéndolo como mentiroso ante la sociedad.

Ahora bien, vayamos al grano. Dime que jamás has mentido. Dime también que nunca tuviste un pensamiento pecaminoso contra alguien. Dime que no te enfureciste al punto de mandar un audio terrible a las personas de confianza narrando tus deseos más indecibles, los cuales finalmente no ejecutaste. Lo sé, lo has hecho.

Ahora bien, ¿Cómo te sentirías si de pronto esa persona en la que más confiaste te traiciona y expone de manera premeditada? Lo que veo con claridad es un ser humano expuesto por un traidor. ¿Acaso no es la traición aún más repudiable cuando es premeditada y la persona se ha ganado tu confianza para poder traicionarte?

¿Quiénes somos nosotros para juzgar a un ser humano que comete errores humanos? ¿Y por qué no centramos los ojos en la traición? ¿Y en los intereses ocultos detrás de esa traición? ¿Acaso no es más egoísta y repudiable quien solo piensa en sus intereses y, en el proceso, daña a otro ser humano exponiendo información íntima compartida en confidencialidad y protegida por el vínculo de la supuesta amistad?

Te dejo con esas preguntas para que pienses y generes tu punto de vista.

0 Comments