La culpa. Todos la hemos sentido alguna vez, o al menos la gran mayoría de nosotros hemos experimentado dicha emoción. Pero ¿qué rayos es la culpa? Que tal si empezamos por dejar de lado la sensación de martirio y autocastigo, dándole vueltas en nuestra cabeza a un evento con la finalidad de torturarnos. Que tal si, en lugar de eso, nos vamos a la raíz e intentamos definir ¿qué es la culpa? Porque no puedes erradicar aquello que no puedes nombrar o definir; primero debes conocer bien a lo que te enfrentas para luego enfrentarlo.
Bueno, según Google, la culpa es: "una emoción que se caracteriza por un sentimiento de responsabilidad o sentimiento negativo hacia uno mismo, generalmente relacionado con un acto o pensamiento que se considera incorrecto o dañino".
¿Qué es la culpa para mí? Es un concepto bastante arcaico que ha sido programado en nuestras mentes para torturarnos, para hacer que revivamos una y otra vez un evento e intentemos darle solución en el vacío de la nada. Por lo general, viene acompañada de "y si hubiera...", un látigo maravilloso de autotortura que hace que las personas, en su gran mayoría buenas, terminen recriminándose una y otra vez sus conductas.
La culpa, por lo general, va acompañada de una forma de daño emocional que se hace el propio individuo, y viene o se origina de la autoconsciencia de nuestros actos. En otras palabras, sí, es maravilloso porque solo las personas que tienen autoconsciencia de sus acciones tienen la capacidad de autotorturarse a sí mismas por eventos o situaciones que acontecen en su vida. La sociedad te ha hecho creer que si te muestras culpable y sufrida, y todo ello, entonces mereces redención. Pero lo cierto es que la culpa te paraliza y te impide actuar, te deja rumiando pensamientos, te hunde en el infierno mental.
Sin embargo, con ello no quiero decir que no asumamos la responsabilidad de nuestras acciones. Asumir una responsabilidad no es lo mismo que culparnos, porque la diferencia es que mientras la culpa te paraliza, la responsabilidad te vuelve prudente, sabia, te hace buscar resarcir tus acciones o inclusive te lleva a resarcirte a ti misma. La responsabilidad te permite evolucionar y crecer, mientras que la culpa solo te mantiene exactamente en el mismo lugar, el lugar de la conmiseración e inacción, y te impide ver hacia adelante y con ello hacer una verdadera reparación de tus acciones para con el mundo y para contigo misma. Pues la mayor falta siempre será hacia ti misma.
No le sirve de nada a un asesino sentirse culpable por matar a alguien, sino asume la responsabilidad y genera un cambio en su comportamiento o mínimo hace algo con el evento para evitar que otras personas cometan la misma acción. No se logra nada con el concepto arcaico de culpa aplicado a la vida; por el contrario, sí se logra con la autoconsciencia de la responsabilidad emocional sobre nosotros mismos y nuestras acciones.
Y si me preguntas cómo superar la culpa, te diría que usando la lógica y entendiendo que no puedes reparar las cosas solo rumiando pensamientos. Reparas cambiando tus acciones y reparas convirtiéndote en la persona de la que te sentirías orgullosa si tuvieras que hablar ante una sala de conferencias llena de personas.