El pacto

Mientras escribo, te espero, suenan las campanas de la iglesia a lo lejos, miro al mudo crucifijo en mi habitación, la cera de la vela se va consumiendo y con ella la tinta, esta es mi última página, arrastro la pluma sobre la hoja con rapidez, el frio arrecia y se siente ya tu fétido olor en el aire, me has visitado durante años, me has regalado la inspiración, mientras cada noche tomabas mi cuerpo me entregabas este talento, cada madrugada haz consumido trago a trago mi alma, y me has dejado a cambio este don, sigo escribiendo la última página de una obra maestra, ya escucho tus pasos entre las sarzas, cojo la pluma con fuerza entre mis manos, aun no es tiempo me faltan las últimas líneas de esta novela, el olor fétido cada vez más insoportable se vuelve, se escuchan ya tus pasos más cerca, solo esta noche no quiero que vengas, creía estar preparado para este día, pero mi ser completo tiembla, un sudor frio como mi alma ya muerta recorre mi cuerpo, me aferro a la pluma con fuerza.

Estas viniendo, mientras el eco del viento trae en susurros mi nombre, cada vez te presiento más cerca, me apresuro a escribir las últimas líneas de mi gran obra. 

Escucho tus garras metálicas, tintinear en la puerta de madera, las arrastras lentamente, mientras sigues susurrando mi nombre, aun no es tiempo, las piernas se me paralizan, mientras lloro mi triste final, dejo la pluma sobre la mesa junto a mis escritos y poemas de amor y tragedia que resonaran por los siglos de los siglos con olor a literatura eterna. 

Me desnudo una vez más como lo he hecho cada noche durante los últimos años, me preparo para ti, me recuesto en las sábanas, y te espero en silencio, la flama de la vela se ha debilitado, un último suspiro la termina de apagar, la habitación ya está a oscuras, escucho la puerta rechinar, tus pasos son cada vez mas cercanos susurras mi nombre envuelto en conjuros lascivos, la cabellera oscura te cubre el rostro pútrido, quisiera describir tu rostro pero no puedo describir algo que jamás vi, tú no tienes un solo rostro, mientras rezo mis ultimas plegarias,tus garras se acercan lentamente a mi cuerpo, respiras tu fetidez en mi rostro, te colocas lentamente sobre mí, mientras apoyas con fuerza tu cuerpo contra el mío, dejo que tus garras recorran mi cuerpo aun tibio, coges un poco del alcohol sobre la mesa y lo rocías en mi rostro, te desnudas lentamente sobre mí y mientras tiemblo con el miembro retraído en un ritual pagano de lujuria te tocas frente a mis ojos, me miras a traves de tu melena oscura con esos ojos color sangre que siempre me aterraron, te sigues moviendo lentamente sobre mí, llevas mis manos a tu cuerpo, solo quiero que esto termine de una vez, quiero que me lleves y me arrastres a tu infierno pronto, me diste el talento y pensaste que sería efímero, pero mis escritos me sobrevivirán para contar historias de amor eterno.

La noche avanza, la mañana se acerca, el sol asoma por mi ventana, con el alba las aves anuncian un nuevo día, mientras en una mueca de terror mi cadáver ve los últimos rayos de sol, cuando me encuentren pensaran que fue el alcohol, cuando vean la botella destrozada junto a mí, asumirán que todo fue una triste sobredosis de embriaguez, aun cuando vean las lagrimas sin secar en mi rostro ya con el rigor mortis en él y cuando encuentren los escritos aun con la tinta fresca sobre mi mesa, todos pensaran que el gran Shakespeare murió producto una celebración con alcohol, luego de terminar de escribir su obra maestra.

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