Somos seres humanos, y si, somos seres especiales y debemos aceptarnos tal y como somos, con nuestras imperfecciones, pero ¿Cuál es la línea corta entre la aceptarse y conformarse? ¿Cuál es la línea corta que nos vuelve seres conformistas? Incapaces de salir de nuestra zona de confort mental, espiritual o física, incapaces de realizar cambios en nuestra vida que nos permitan ser mejores personas.

No tengo absolutamente nada en contra de las personas obesas pero imaginemos lo siguiente, esta es una familia donde todos se llaman “Gorditos cariñosos” la abuela, la madre y la hija han sido gorditas por generaciones y se dicen cosas como “La gordura es sabrosura” “Es mejor que sobre a que falte” “Nosotras traemos la chispa en la gordura” Sabemos reírnos de nuestros rollitos” Esta gordura es genética y viene de familia” y sus vecinos conocen a estas personas como las gorditas risueñas de la cuadra y son felices porque estas personas aceptan su gordura, pero la abuela muere de infarto al corazón y la madre tiene diabetes por sobrepeso, la hija viendo esto siente que debe cambiar, y pregunta a sus amigas y sus amigas le dicen “eres perfecta tal como estas, las gorditas son sabrosas” y la madre le dice “esto es genético”, sin embargo la hija tiene un bichito siente que no hay un balance, entonces decide cambiar su estilo de vida y se da cuenta que en pocas semanas empiezan a sentirse mejor y con mayor vitalidad. Con el tiempo asume un estilo de vida distinto, finalmente se casa y tiene una hija, y su hija sigue el mismo estilo de vida de la madre, entonces las familias de gorditas graciosas se convierten en la familia de personas saludables que buscan su bienestar, ¿Hasta qué punto conformarnos con las creencias de nuestro entorno? ¿Cuándo romper con ellas?

No solo ocurre en el plano físico, sino también en el plano de las creencias un hombre creció educando a sus hijos en el arte de la música y de sus tres hijos uno decidió que no quería ser músico sino bailarín, el padre inmediatamente se enfureció, entonces el hijo para no enfurecer más al padre se convirtió en músico, pero no hacia su trabajo con el corazón, sus amigos le decían que era bueno, la familia también, pero el aún se sentía vacío, sentía que aun necesitaba algo en su vida, no quería fallar a sus padres y había hecho lo correcto por años, pero no era feliz, entonces pronto tuvo que aceptar lo que le dictaba su corazón, debía ser bailarín y cuando se convirtió en bailarín a los cuarenta años, sus amigos volvieron a decirle que era el mejor en lo que hacía y sus padres finalmente cedieron, entonces el entendió que la sociedad siempre iba a decirle que era bueno en algo, y jamás indicarían sus defectos eso le había impedido progresar, pero terminó por entender que él era el único con la capacidad de impulsarse.

El tema es que vivimos en una sociedad que nos vende el slogan de “Tu eres perfecto si no te quieren como eres que se jodan “Tu eres un regalo divino”, “Tu eres el santo grial”, los padres se llenan la boca con elogios hacia los hijos sin ver los defectos de ellos y sin apuntar a las zonas que necesitan cambiar, las parejas colocan en pedestales a sus enamorados y si el enamorado es pintor y le muestra a la novia su cuadro, la novia dirá “Que hermoso, que talentoso” aunque el cuadro sea una porquería y eso le impedirá a esa persona mejorar, los amigos jamás te dirán lo mal que luces o si necesitas mejorar porque nos encanta rodearnos de personas que nos adulen,  y si alguien te dijera algo como “oye el cuadro que acabas de pintar es una porquería” probablemente te molestarías y te alejarías, porque la sociedad te ha enseñado que eres perfecto, eres perfecto tal como estas y no necesitas cambiar, y es allí que caes en la trampa de la mediocridad y el conformismo o intentas seguir la fórmula de los padres o te conformas con tus defectos, porque ojo es importante aceptarse y aceptarse implica que hay cosas que debes comprometerte a cambiar como tu manera de relacionarte con los demás seres humanos, como aceptar que también cometes errores y que en efecto no eres perfecto o “el  ser hermosamente divino” como tus padres te pintan, no, aunque la verdad te explote en la cara acepta que te rodeas de gente que te llena de elogios para mantenerse a tu lado y de ese modo tú crees ser feliz pero en el proceso te das cuenta que no alcanzas la mejor versión espiritual porque no te has encontrado con desafíos personales que te inviten a cambiar y un desafío personal es salir de las creencias familiares, salir de los estereotipos, de los prejuicios y salir de falsas amistades que pretendan ganarse tus favores mediante la adulación constante y que te impidan crecer como ser humano, busca personas que te digan tus defectos a la cara, cuestiónate continuamente e impúlsate a ser mejor cada día, toma lo mejor de las críticas y evoluciona en creencias.