No sé cuántos artículos he
dedicado ha hablar de este tema, pero a pesar de ser una persona que aprecia
estar en sociedad, debo admitir que el silencio me ha traído las mejores retribuciones
y respuestas que pueda imaginar. Estoy segura que es en el silencio donde se
encuentra la verdadera calma; donde ves desplazarse el ferrocarril de tus
pensamientos en medio de nubes y también donde logras encontrarte a ti misma
(o) según sea el caso. A veces, tengo que hacer a un lado todos los personajes
que vienen a mi cabeza y todas las historias que anhelan ser contadas a traves
de mi don para simplemente abrazar mi silencio interior, que por cierto resulta
ser al principio bastante ruidoso, con personajes extraños queriendo que cuente
sus historias .Me gustaría contarte más del placer silencioso de huir del mundo
pero en este punto de mi vida ha dejado de importarme compartir ciertos
disfrutes silenciosos con el mundo aunque eventualmente me siento tentada y escribo sobre ellos. A veces soy como un oso
que entra en su cueva a hibernar mientras se abriga del frio invierno y busca
conectar con su ser, que placer tan inexplicable la paz inexorable de momentos sin
ruido, que placer tan inexplicable escuchar los trinos de los pajarillos a
traves de mi ventana y el sonido indescriptible de la nada. Es casi como entrar
en una burbuja que te transporta a un lugar de calma en medio del barullo, mis
momentos de silencio a veces ocurren en los lugares más insospechados e incluso
he desarrollado la habilidad de conectar con ese silencio en lugares abarrotados
de personas como si literalmente me trasladase a otra dimensión en medio del
tumulto: claro que como ya te dije antes es completamente ineludible que alguno
de mis personajes de historias aun no creado asome por allí para saludar e
intentar que empiece a escribir una historia sobre el o ella o eso. Tengo la
certeza absoluta de que para valorar el sonido debes aprender a amar el
silencio, porque es precisamente esa variedad la que nos conecta con la magia
de la vida, no digo que me gusta estar en silencio siempre, pero de hecho es un
placer encontrarme con esos momentos que aunque escasos se tornan valiosos para
poder encontrar la respuesta a las preguntas que jamás podrán ser respondidas
en medio del ruido
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