Mientras camino a través de los
andes peruanos, me pregunto ¿Hasta qué punto las personas han perdido la
oportunidad de conectar consigo mismas cuando están en medio de la urbe?, me
pregunto también todo lo que puedo preguntarme sobre mi y empiezo a darme el lujo
de elucubrar en relación al ser y no ser del ser humano mientras pienso en
cosas con y sin sentido, siento que caminar durante horas es el mejor momento
para tener la oportunidad de estar conmigo en una cita muy privada y muy a solas,
solo yo, el frio de los andes, unos cuantos caminantes pasajeros que se pierden
en medio , los pocos animales que pastan a lo lejos, la hierba que sobrevive en
medio de la nada y el camino; tal vez al estar en medio del mundanal ruido de Lima
la gris, no puedo escucharme realmente y he tenido que hacer un largo viaje
para en medio de los andes volverme
realmente consciente de mi cuerpo, de mi ser y de mi propia mente, es en medio
del jadeo y de los latidos de mi corazón que parece querer escapar de mi propio
cuerpo a medida que mis pasos se dirigen a la altura , es en medio de ello que
me vuelvo a mí y me abrazo en medio del cansancio en una competencia muy
personal conmigo misma para demostrarme que puedo llegar a esa laguna rodeada
de glaciares y finalmente sorprender a mis ojos con su color turquesa, pero se
que en el fondo nada tiene que ver con el destino en sí, sé que todo se trata
de mí, el camino mismo soy yo, solo que tal vez necesitaba este espacio para navegar
conmigo para alejarme y volver a ser yo y me sigo conociendo un poco mas de lo que había
podido imaginar, me conozco mientras mis pies parecen trastabillar en medio de
las piedras, mientras dejo de preguntarme
por el tiempo transcurrido, mientras me envuelvo en mi misma y en mi propia voluntad
para continuar, lo interesante es que no siento cansancio , es como si la pasión
se hubiera apoderado de mi nublándome a todo lo demás y en medio de mi respiración
que se adapta rápidamente a la nueva altura, se que sin importar que, yo llegaré
y no hablo necesariamente de llegar a la laguna turquesa de ensueño que parece
esperarme mas allá del camino como recompensa por lo recorrido , sino que hablo
de llegar a mí porque el camino ya no se trata de llegar a un punto, se trata
de la experiencia en cada paso, se trata de disfrutar de mi a cada momento, se
trata de descubrirme , se trata de confiar en mi lo suficiente como para creer
en mi y entonces se que es justo en este momento, en cada paso en cada respiración,
en cada jadeo, en cada parte del camino en donde realmente esta la experiencia
misma de mi propia vida.
Escucha"Episodio 128 - Ruta 69" en Spreaker.
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