Vivimos en una sociedad altamente superficial, donde no solo se juzga por la apariencia física, sino que también se objetiviza a las personas para encontrar en ellas el mayor beneficio o utilidad. Eres útil o no lo eres; eres útil por un tiempo y luego debes ser descartado. Esto ocurre en los empleos, en las relaciones, en todas partes.
Las personas no quieren conectar con sus emociones; en este contexto, plataformas como TikTok crecen rápidamente, especialmente los canales de comedia y los contenidos que hacen olvidar a las personas que su vida es una mierda. Porque, en realidad, lo que las personas quieren es olvidar eso. Cuando la vida les empieza a doler un poco, un buen reel de Instagram, una serie larga de Netflix o un video superficial de YouTube ayuda a desconectarse de su propia realidad.
Las personas van viviendo su vida a medias, intentando escapar de sus propias decisiones. Confunden sus vacíos y heridas emocionales con enamoramiento. En realidad, solo quieren estar "drogados" para que su vida no les duela tanto. Cuando les empieza a doler un poco, van en busca de un poco de dopamina: likes, reacciones, visualizaciones... o alguien o algo que les haga sentir que su mundo no es tan malo.
Pero esta huida es temporal. La oscuridad en tu interior te atrapará lentamente, no importa cuánto intentes huir de ella. Es como cuando compras ese celular nuevo de última generación que tanto deseabas: por un momento, todo parece estar lleno y nada parece faltar. Pero luego, el vacío vuelve.
¿Sabes por qué? Porque esa oscuridad está en tu interior. Naciste y morirás con ella. No importa cuánto intentes huir de allí, te alcanzará cada día, lentamente. No importa cuánto intentes evadir o esconder o resistir, o cuántos objetos o artilugios uses para escapar de ti... porque resulta que te alcanzará. Porque resulta que ya te alcanzó.
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