El sobre


Era lunes por la mañana, había terminado de componer un par de canciones para la disquera, el éxito, la fama y los aplausos de antaño parecían tan lejanos, se miró en el espejo, las arrugas de la comisura de la boca se le habían marcado mas con los años, y también se le habían marcado las expresiones en la frente. Con desgano y con la pijama de franela aun puesta se dirigió a la cocina y desde el ventanal pudo adivinar el mar del pacífico cubierto por la neblina invernal de Julio, siempre le había parecido que esa época de invierno era la mejor para componer y tocar su saxo. Cogió dos panes, se llevó uno a la boca y otro lo colocó junto a su tasa de café. Caminó con pereza al sillón, vio la revista que tenía frente a él, esa en la que aparecía él en portada cogiendo su Saxofón, él salía en su propio artículo, cuatro páginas a color solo para él y su saxo.

El artículo era en honor a la generación musical de la Lima de los setenta, recordó la manera graciosa en que conoció al joven periodista mientras compraba sus verduras en el supermercado, y la manera tan amable en la que el joven se acercó a el para pedirle un autógrafo, y luego pedirle con respeto haber si podía darle una entrevista para la revista ”COSAS” una de las más vendidas en Lima entre la gentita de alcurnia. Y allí estaba ahora el saxofonista ojeando una a una las fotografías junto a su saxo, en su exclusivo departamento miraflorino, en la cafetería del Marriot, caminando por la costa verde cogido a su leal instrumento, cuando tocaron a la puerta de su departamento, su cuerpo se erizó, la reacción natural de todo ser humano ante un evento inesperado, sobre todo en domingo cuando él no esperaba a nadie , se incorporó del sillón y alcanzó a ver como un sobre entraba con rapidez por la parte de debajo de la puerta.

Se apresuró a abrir la puerta, pero solo vio el pasillo vacío y ningún rastro de visitante alguno. Cogió el sobre blanco entre sus manos, cerró la puerta, volvió a coger su pan con una mano y con la otra intentaba ver a contra luz el contenido del sobre que no traía remitente y en destinatario solo su nombre. Abrió el sobre y de él cayeron un conjunto de objetos brillantes que golpearon contra las losetas de la sala, cuando miró bien, eran navajas, eran muchas navajas. Se asustó, revisó dentro del sobre y encontró dentro una nota escrita por ambos lados en uno de los lados se alcanzaba a leer “Veinte navajas por cada uno de los años de sufrimiento de mi madre, quiero que te cortes con cada una de ellas la piel, hasta que pierdan el filo y cuando te hayas cortado ni aun sintiendo esas heridas sangrantes, podrás sentir todo el sufrimiento y dolor que le causaste a mi madre”, la piel del saxofonista se erizó.

Del otro lado de la nota se leía “Lamentablemente yo también nací con el don de tocar el saxofón y de sentir la música pero jamás me veras y esa será tu maldición, le prometí a mi madre contactarte pero nunca le dije ¿para qué? seré tu peor pesadilla, por cada lágrima que ella vertió a escondidas, tienes dos opciones o usas esas navajas ahora y terminas con tu vida de porquería inservible como el cobarde que fuiste o en dos días morirás del modo más cruel jamás imaginado a manos de tu propia sangre”.

El saxofonista volvió a leer una y otra vez la nota y miró con terror las navajas caídas en el suelo, volvieron a su mente los recuerdos de la mujer que su familia despreció por no pertenecer a su clase social, la recordó de rodillas frente a él y también recordó sus palabras “Yo no te pedí que me rogaras” y la manera arrogante en que la dejo con el embarazo a cuestas mientras su madre le compraba el pasaje a Paris para que pudiera seguir con sus estudios, él no  volvió a saber de ella, prefirió crear un mundo de ficción en el que ella murió y así siguió viviendo con tranquilidad sus días, de cuando en cuando volvía un recuerdo pero el cogía el Saxofón y lo evadía, hasta hoy. Cogió la carta, recogió las navajas, las tiró una a una en el basurero mientras las contaba, en efecto, eran veinte, se volvió al sobre, buscó entre los cajones de la cocina y con un encendedor quemo la carta, no dejaría que nada perturbe su presente. Cogió dos panes más de la alacena. Se sentó frente a la pantalla enorme en su sala, sintonizó su serie favorita de Netflix y empezó a reír con ella.Miércoles, ocho de la noche, un hombre yace tendido en la acera sobre un charco de sangre frente al famoso hotel Marriot, se alcanza a ver la sangre salir de su boca a borbotones, un grupo de personas lo rodea asustado mientras los patrulleros llegan apresurados. 

En las noticias de la noche la conductora lee “Hoy famoso Saxofonista limeño Mario Cortez Duarez fue acribillado a balazos frente al famoso hotel Marriot, por dos motorizados aun no identificados que se dieron a la fuga, se presume un ajuste de cuentas y en otras noticias, el equipo deportivo Universitario le ganó a su rival Alianza en un reñido juego y así empieza la temporada…”  

Fuente de la imagen: hgardin

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