- ¡¿Ah sí?! Vaya, entonces yo también lo haré- le respondí mientras me cogía a una de las hojas del pobre árbol testigo de nuestro juego, entre bromas y sonriendo sentí un escalofrió recorrerme la espalda cuando cogí las hojas entre mis manos e inmediatamente sentí como si literalmente el árbol y yo pudiéramos conectarnos a través de un hilo de conexión natural invisible pero existente. Al sentir la sensación pensé –¡Entonces, todos estamos conectados! ¡Vaya, esto es genial! - pensé para mis adentros, pero no dije nada. La mujer estaba contenta de haber encontrado a alguien que le haga compañía. Ella no lo sabía, pero en realidad en ese momento habíamos logrado conectarnos, el árbol, la mujer y yo a traves de un hilo invisible de amor mientras en plena avenida algunas personas pasaban y nos miraban con curiosidad.
- “Me dijeron también que podía abrazar un árbol” , agregó como riendo de la sola idea de mencionarlo y tratando de adivinar mi reacción, luego movió la cabeza de un lado a otro para agregar - “Pero eso, me parece una locura”-
La miré con seriedad mientras seguía sujeta de las hojas del árbol, “Si quiere abrazar un árbol, hágalo es probable que el árbol este mas agradecido por ese abrazo que Ud.” La mujer me mirò sonriente -Tienes razón lo haré uno de estos días-
Conversamos un poco mas sobre el clima y la magia del contacto con una planta, luego me despedí agradecida de la mujer por haberme permitido formar parte de su ritual de contacto con la naturaleza.
Ella tomó su camino y yo cogí el mío de regreso a casa, volvimos a sumergirnos entre los rostros, los semáforos y los peatones, pero nos llevamos con nosotras la conexión , un poco de la magia del árbol y una buena conversación.
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