Plumas

 

Cayó un día sobre la pantalla de mi celular, suave y diáfana la vi mecerse en el aire ante mis ojos en un vaivén quieto que me permitió apreciar la perfección de su color blanco casi translúcido , era una pluma, la cogí entre mis manos con toda la suavidad que pude para no maltratar su forma perfecta, no era ni grande ni pequeña sino mas bien mediana, era una pluma blanca cayendo en medio de mi sala sobre la pantalla de mi celular, la cogí con mis dedos índice y pulgar, la coloqué frente a mí, a la altura de mis ojos y me quedé simplemente observándola, tal vez de manera extraña e inexplicable  había llegado hasta mí, tal vez algún ave aleteo en algún lugar lejano, la pluma fue transportada por el viento, entró por mi ventana y terminó cayendo sobre la pantalla de mi celular. Miré la pluma una vez más, me acerqué a la ventana del apartamento que daba al séptimo piso y la deje caer mientras la vi balancearse lentamente frente a mí y perderse en el viento.

Cogí el libro que había dejado abandonado en el sillón a mi costado y terminé de leerlo, mientras sentí trancurrir el día sin mas prisa que el ritmo pausado de mi respiración, cansada arrastré los pies hacia mi habitación y me quedé dormida en un placentero vaivén de sueños que me transportó a las civilizaciones griegas de antaño. Me levanté somnolienta a las 7am para ir al baño y frente a mí, estaba allí, en el suelo, una pluma blanca ni grande ni pequeña siempre mediana, la cogí entre mis manos y la coloqué en la pagina del libro que estaba leyendo, resultaba muy útil tener un marcador de páginas después de todo.

El día avanzó sin novedad y cuando regresaba a casa del trabajo, mientras esperaba que el semáforo decidiera cambiar de rojo a verde, miré en el asiento del copiloto y allí estaba otra vez, una pluma perfectamente blanca y suave meciéndose ante mí con la vibración del ruido del motor del auto, ni grande ni mediana, solo una pluma perfectamente blanca.

Después de eso ; empecé a ver plumas por todos lados, junto al plato de la cena, en la ducha al terminar de bañarme, caer de manera lenta y parsimoniosa sobre las teclas de mi laptop, en el frigider junto a las fresas, dentro de mis zapatillas y pegadas a las mangas de mi abrigo, enredada en mis cabellos, decidí que era tiempo de limpiar el apartamento, y barrí muchísimas plumas de debajo de mi cama, era como si alguna especie de ave en muda hubiera decidido mudarse a vivir conmigo.

Al final de un día arduo de limpieza había recolectado todas las plumas y las había colocado en una bolsa, dejé la escoba a un lado, me sacudí las manos, tomé un baño caliente y me arropé para dormirme hasta la mañana siguiente.

Te vi, al abrir mis ojos te vi frente al espejo de mi habitación, eras tan hermoso casi irreal, un brillo resplandecía sobre tu piel casi translucida; te vi, estabas arreglándote las plumas de las alas  con tu cuerpo completamente desnudo extasiado en ti mientras las plumas caían al suelo, estabas tu allí completamente vulnerable frente a mi y me miraste con la mirada más azul que jamás haya podido imaginar,  no dijiste nada, en silencio te comunicaste conmigo -“Todo estará bien”- dijo tu voz melodiosa y dulce en mi cabeza, y agregaste “Todo esta muy bien, duérmete, prometo no dejar más plumas por allí”-

- “¿Te vas tan pronto?”-Pregunté en mi mente mientras te veía soñolienta desde la cama.

- “Todo el tiempo estoy contigo, solo que ahora puedes verme, duérmete, todo ha pasado ya”-Te acercaste a mí y me abrazaste con tus hermosas alas cálidas mientras por alguna extraña razón los ojos que a fuerza intentaba mantener abiertos se cerraron.

He seguido encontrando plumas en lugares insospechados, pero ahora te sientas a mi lado o te recuestas en mis rodillas y te duermes mientras te leo un libro.



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