A veces necesitamos explorarnos;
muchas veces debemos sacar los sentimientos y mirarlos allí frente a nosotros
en la palma de nuestra mano otras veces hay que entrar meticulosamente y de
puntillas al corazón sin que siquiera lo sospeche para ver con total honestidad
lo que se esconde en su interior y muchas veces más hay que hacer operaciones a
corazón abierto sin anestesia, otras tantas veces debemos dejar que el liquido
fluir de nuestro sentir se disipe por las mejillas.
En algunas ocasiones hay que
sentarse con el corazón a un costado para contarle de nuestras certezas, otras
tantas debemos limpiar la maleza del camino y volver a sembrar tréboles de fe,
creo que a veces solo a veces debemos limpiar nuestras casas internas.
Creo que debemos colocar las
flores de fe en nuestros sembríos de sentimientos, creo que para volver a creer
debemos colocar como una tarea pendiente el desearlo, también tengo la certeza
de que huir demasiado solo nos aleja de nuestra verdad.
Por eso me digo en un monologo
absurdo -Ven, siéntate conmigo, Vamos a deshojarnos los sentimientos, vamos a
limpiar la maleza, vamos a abonar nuestras tierras, vamos a ser, no me mires
demasiado que se me caen las lágrimas de restauración, no me mires demasiado
que se me resbala el amor por las rendijas de mis ojos, solo pasa y siéntate
conmigo antes que deje de sentir, antes que quiera huir de aquí.-
Estoy aquí limpiando una y otra
vez la cabaña de mis pensamientos, estoy aquí escribiendo y sintiendo, estoy
aquí simplemente siendo, estoy aquí haciendo la vida mientras la vivo, estoy
aquí repasando las formas de mis propios miedos y agarrándome con fuerza a mis
convicciones, estoy aquí con una pluma mental escribiendo en las paredes de mi
ser esas verdades que los demás no quieren ver.
Estoy aquí, estoy allá, estoy en
todas partes, en todos los lugares en todos los tiempos y en todas las
posibilidades a las que mi mente viajera me lleva, estoy aquí abrazándome el
corazón mientras lo arrullo con una buena tonada, estoy aquí amando lo que se
puede amar , estoy sentada en la pradera de mi propia calma mientras me disipo
con el viento en medio de las olas, estoy en movimiento pero a la vez estoy
siempre donde estoy, sentada en la banqueta de mi propio corazón conectada al amor.
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