El la miró y ella a él y se
dieron cuenta que su incompatibilidad los hundiría en un remolino de emociones
sin embargo decidieron saltar al abismo de esa experiencia. No creo que en ese
punto él hubiera podido imaginar que aquel hermoso día de primavera después de
tener algunos buenos orgasmos con su amada, terminaría con nuestro protagonista intentando encontrar
señal en su celular desde el interior de aquel ataúd.
Tal vez la subestimó demasiado, -
“¿Cómo termino metiéndome en estas cosas?”- se dijo así mismo en voz alta mientras
revisaba la cobertura de su celular. Luego pensó en el sexo, llegaron a su
cerebro todas las imágenes en remolinos y volvió a sonreír- “Definitivamente
valió la pena”- pensó para si mientras empezaba a sentir que el aire le
faltaba.
-“Tú me encantas”- le dijo ella
mientras cabalgaba sobre él rápida y trepitosamente, -“Me encantas, me encantas,
eeeeeencantassss” -mientras se venía en un gemido y dejaba caer su cuerpo sobre
él. -Dios que extasiante y embriagante puede ser el sexo cuando puedes
practicar todas las poses en una sola noche como si se acabara el mañana-
pensaba él en medio del letargo de placer, pero luego todo se volvió brumoso.
Ahora él, estaba allí abandonado
en medio de lo que parecía la nada ; encendió la linterna del celular mientras veía que estaba
rodeado por todos lados de madera en lo que parecía ser un ataúd -¿Un ataúd?
¿En serio me encerraste vivo en un ataúd? -, gritó desde adentro aun sabiendo
que no sería escuchando. Luego intento recordar, pero se le habían borrado los
recuerdos del resto de la noche-, ¿acaso cuatro meses se habían convertido en
una especie de venganza? ¿adonde se fueron las palabras apasionadas y la
promesas de amor eterno de su pequeña novia? -
De pronto sintió como un piquete en el
bolsillo a la altura de la nalga, con un poco de dificultad metió la mano en el bolsillo
trasero y encontró el anillo que le había regalado junto a una nota.
“Lo sé todo” eran las únicas palabras en la nota.
-¿Sabe todo de qué?- Se preguntó nuestro protagonista
moribundo y mil preguntas más empezaron
a darle vueltas a la cabeza,- ¿Sabe todo de qué?- Y en la desesperación empezó a
revisar en un conjunto de recuerdos -¿sabe todo de qué?- Y de pronto recordó
las fotos en su celular, !claro!- pensó -definitivamente vio las
fotos donde abrazaba a Camila-, miro la galería y allí en la foto estaba Camila
tan hermosa como siempre dándole un beso en la mejilla a su hermano mayor.
-“Dios, solo tenías que preguntar”- Volvió a gritar -Es mi
hermana, carajo!, es mi hermana, -¿acaso no puedo abrazar a mi propia hermana?- volvió
a gritar como si alguien pudiera escucharlo, -
moriré por un crimen que no cometí -¿Qué clase de psicópata puede ser
capaz de encerrarme en un ataúd por una falsa sospecha?- Si claro ella, ella
era la única psicópata en la cama y él
volvió a sonreír, su suerte estaba echada porque estaba a punto de morir por un crimen
que no cometió y solo le quedaba sonreír.
Sentada desde la banca de su portico con un libro en la
mano, estaba ella mirando de rato en rato la tierra removida del patio de la casa,
se puso de pie para ir a la cocina y servirse algo de limonada helada, ciertamente
el día estaba bastante caluroso.
Bebió un sorbo del vaso de limonada y se acercó cerca de la
tierra removida, acercó el oído lo más que pudo, como si intentará escuchar
algo, pero parecía que en efecto los gritos habían cesado, cogió la pala que había
dejado a un costado y acomodó la tierra.
Sonrió para si misma con un gesto de autentica victoria y en
ese momento su celular timbró -¿Salimos esta noche?- preguntó una voz de hombre
del otro lado de la línea. -¡Claro!- dijo ella sonriendo mientras miraba la
tierra removida de su jardín.
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