Sentada frente a mi en su banco
de madera con sus trenzas alborotadas me miraba sollozar interminablemente, la
bruja. Yo en ese momento estaba teniendo un ataque de ansiedad y llanto justo frente
a la mujer que me había contado días atrás su historia, me miró con ojos compasivos
mientras me quebraba frente a ella y luego me pidió que me desvista, se acercó
a mí y empezó a lavarme el cuerpo con
rosas mientras yo completamente desnuda me entregaba a sus rezos.
De pronto; la habitación se lleno
de un olor particular, el olor a flores y sustancias extrañas impregnaba mi
cuerpo, ahora todo olía bien, mi corazón pareció tener un segundo de paz, mi
cuerpo se relajó, el llanto cesó; mientras la mujer seguía pasando por mi sus
curiosas ramas y escupía en mi su brebaje, -Cierra los ojos- me dijo con voz
suave y agregó -Ahora vendrá él a sanarte-
Obediente seguí las instrucciones
de mi benefactora, el olor a rosas se hizo aun mas fuerte, toda la habitación quedó
inundada por un olor que en ese momento me daba calma.
Mientras eso pasaba sentí como de
pronto la habitación se llenó con una presencia indescriptible, sabía que ahora
no estábamos solas allí la bruja y yo; en esa habitación había algo más- No
abras los ojos- me susurró la bruja mientras profería canticos en una lengua
extraña.
En ese instante sentí una mano
suave apoyarse en mi pecho, mientras otra me acariciaba el cabello, mi corazón había
dejado de latir con fuerza, el llanto cesó por completo, mi cuerpo se llenó de
una paz indescriptible, la bruja dejó caer en mis manos muchos pétalos de
rosas rojas y blancas -Él se llevó tu dolor, ya
puedes abrir los ojos- susurró la bruja junto a mis oídos.
No he vuelto a sentir ese dolor
desde entonces, aquella cosa, ser, entidad o lo que sea, logró llevarse aquello
que pesaba en mi pecho.
La alarma suena y me despierto,
miró el cielo de mi habitación y siento paz mientras percibo en ella el olor a
rosas ,recuerdo el sueño y sé que algo en mi ha cambiado.
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