Supongo que hay palabras, promesas, sensaciones y sentimientos que prevalecen en el alma, no importa el tiempo o la distancia. Dichas promesas se mantienen más que en el corazón, en el espíritu. A veces parecen haber desaparecido, a veces hay días que parecen haberse esfumado, y entonces, una canción, un sonido, un recuerdo, una guitarra, una risa en el viento te recuerda dichas promesas guardadas en el alma.
Hay lazos que son irrompibles, y
mira que puedes haber intentado de todo para lograr deshacerlos, pero así no se
borran los lazos reales. Supongo que fui muy ingenua al pensar que podría ser
así, de ese modo. Supongo tantas cosas, y en medio de tanta suposición, solo
hay certezas: las certezas de mi propio corazón, las certezas de mi propia
alma, que me dicen que todo irá bien. Las certezas que me hablan de un vínculo
real a través del tiempo y el espacio.
Entonces, sé que probablemente
siempre seré "hopesly devoted to you", aunque cambie el escenario,
aunque esté en el Polo Norte o el Polo Sur. Hay buenas memorias y sensaciones y
recuerdos que no se pueden erradicar con un libro, y entonces sabes que debes
aprender a vivir con ello en tu alma, sabiendo que algo así de real, como en el
mejor de los libros de amor, sí puede existir. Solo que mi vida no es solo un
libro de amor, como "El amor en los tiempos del colera" es una muy
buena serie de Netflix, y hay que seguir. Solo hay que seguir, las temporadas
continúan, aunque la protagonista tiene una grata idea del final de su propia
historia.
Supongo que a veces nuestra
protagonista deberá dejar regadas pistas al azar y seguir caminando hacia
adelante. Supongo que esto es como las migajas de pan que dejaban Hansel y Gretel
para saber cómo regresar al punto de inicio, justo donde todo empezó. Supongo
que a veces hay que tener certeza en el poder del propio corazón y del sentir.
Supongo que hay que seguir adelante, aun cuando conoces el amor de verdad y
sabes que volverás a encontrarlo en la vuelta de alguna esquina, cuando menos
lo esperas, para volver a empezar desde el punto cero.
A veces es doloroso tomar ciertas
decisiones, pero al mismo tiempo no lo es, porque sin saber cómo, cuándo o
dónde, el lazo permanece para volver a su origen, porque el final realmente no
existe.
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