Escapada

Lorena Veliz Yukito

Estaba en el camino del mundo de los sueños y aunque a veces parecía inestable y caótico, lo curioso era que había logrado encontrar la calma en medio de la tempestuosa marea, para ello había tenido que refugiarme en mi huida de la isla “Hunterman” de los cazadores que iban tras de mi con sus flechas como deseando la última cuota de magia que quedaba de mi para dar y que pretendía guardar para mí. Finalmente a salvo, estaba allí rodeada de vegetación, cubierta de árboles frondosos mientras veía al sol sonreírme en el rostro y sentía como sus rayos me calentaban la piel, finalmente había logrado encontrar el claro perfecto del bosque para descansar mi agotado cuerpo.

Se habían roto las cadenas cuando escapé de los cazadores, de rato en rato algún cazador asomaba entre los arbustos, entonces con mi lanza me lanzaba a matar, ya no huía. Cuando empecé mi viaje al mundo de los sueños escapando de la tierra “Hunterman” me escondía, pero ahora cada vez que veía algún depredador agazapado detrás de  arbustos me lanzaba a él con el grito mas amenazante que pudiera y lo atacaba con mi lanza.

Estaba tan cansada de huir que había decidido matar por mi libertad, estaba tan cansada de huir y mis pies se habían ensangrentado tanto que aprendí a atacar para defenderme, había caminado durante muchos días y estaba agotada, finalmente podía tener el encuentro con la mujer dentro mío sin temer que algún cazador llegase de improviso.

Me levanté de mi cómoda cama de flores sobre la grama y me dirigí hacia el manantial de aguas cristalinas que fluía tranquilo entre los árboles, me saqué el camisón y empecé a disfrutar de mi cuerpo al contacto con el agua totalmente fría, estaba simplemente inmersa en mi sintiendo como esta discurría por cada uno de los espacios de mi cuerpo y me lavaba el alma.

Me senté en el arroyo completamente desnuda mientras dejaba que los pequeños peces de colores jugueteen sobre mis pies y se acerquen a mi piel provocando en mí corrientes eléctricas de sensaciones, la paz del lugar era simplemente incomparable, los pájaros me observaban curiosos desde los arboles mientras los pensamientos discurrían por mi mente pasajeros y calmados.

De pronto sentí como las hojas cerca mío empezaban a crujir, señal inequívoca de que ya no me encontraba sola en ese espacio, cogí la lanza a mi costado e inmediatamente me vestí, el crujido se hizo más cercano -“Malditos cazadores”- pensé y seguí en actitud vigilante mientras a traves de los árboles una sombra se hacía visible.

Un lobo de enormes ojos destellantes me miraba iracundo, mientras se acercaba sigiloso, miré a mi alrededor no había espacio adonde huir, estaba atrapada, había matado cazadores porque se lo merecían, pero un lobo era un animal sin conciencia  de sus actos que no merecía morir a manos de una Diosa, la ley de los dioses es respetar la naturaleza, el lobo se siguió acercando a mi lenta y sigilosamente hasta que finalmente se abalanzó sobre mi y el aliento de su hocico cayo directamente sobre mi rostro.

Dejé la flecha a un costado y cogí su cuerpo con tanta fuerza como pude, mientras sentía como sus garras se clavaban en mi brazo, en efecto el lobo tenia hambre y yo era su presa, entonces me rendí deje de forcejear con el animal el cual confundido inesperadamente dejó de gruñir y se quedó sobre mi mirándome mientras lamía con su enorme lengua mi rostro, solo me quedé allí tirada sobre el pasto dejando al lobo hacer mientras el olfateaba mi cuerpo, me reincorporé sobre   a la par que el lobo había dejado de rugir y empecé a pasar mi mano por su pelaje suave al tacto, ante mi sorpresa el lobo se recostó frente a mí y mi corazón recobró la calma, se quedó allí un buen rato hasta que finalmente cayó dormido y yo aproveche para recostarme también sobre su acogedor pelaje.

Me despertó una garúa ligera en el rostro y al abrir los ojos descubrí que el lobo ya no estaba conmigo, me miré en el reflejo de la fuente y mis ojos destellaban como lo harían los ojos de un lobo en la oscuridad, miré al cielo y tuve ganas de aullarle a la enorme luna.

Estaba tan distraída en las sensaciones que no alcancé a percatarme que entre la maleza un cazador se abalanzó sobre mi cuerpo e intento poseerme a la fuerza, en ese momento un rugido muy fuerte se escuchó y a los segundos estaba saboreando sus entrañas mientras la sangre de su cuerpo caía entre mis labios, nunca había sentido mi hambre tan satisfecha como en ese preciso momento mientras me alimentaba del depredador que había intentado atacarme y le aullaba a la luna. 


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