La mujer Arbol

 



Era pasado el mediodía cuando decidí salir a tomar una caminata y en mi paseo vespertino, frente a mi encontré un árbol que parecía lo suficientemente frondoso para hacerme sombra mientras leía un libro cualquiera. Estaba yo sentada y completamente sumergida en mi lectura debajo del árbol cuando de pronto un estornudo me sobresaltó, miré a todos lados y no pude ver a nadie, todo estaba completamente vacío solo éramos yo y la naturaleza a mi alrededor

Al instante posterior al estornudo, escuché una voz proveniente de la parte superior del árbol

-¡Hey! ¡Tu! ¡Hola! Aquí, aquí no te asustes me dicen la mujer árbol- me dijo una voz suave y melodiosa a la par que frente a mí se mostraba en la corteza del tronco el cuerpo de una bella mujer con piel verdosa.

Debía estar soñando o tal vez no porque sentí como una de sus ramas se deslizaba para tocarme las manos a modo de saludo, para ser sincera mi querido lector, en ese instante mi primera reacción fue correr, pero sabia que debía averiguar de que se trataba todo eso.

-¡Hola!– la saludé con asombro - ¿hablas realmente?- Pregunté balbuceando mientras miraba de pies a cabeza su cuerpo echo de la corteza de un tronco.

A lo que el árbol me respondió

-Todo el tiempo hablo, pero muy pocas personas pueden escucharme, parece que tu si puedes hacerlo

Entonces, me senté a observarla, tan conversadora y juguetona me miraba la mujer árbol con sus enormes ojos vivaces, mientras arreglaba sus hojas.

-He estado aquí siempre mirando a las personas pasar, a veces alguna de ellas puede escucharme como tú lo haces ahora y logro aprender un poco más de ustedes los humanos , aquí mis raíces han crecido profundas y se alimentan del agua de lluvia, mi corazón sin embargo se alimenta de las sonrisas de los niños, de los canturreos de los pájaros que han hecho sus nidos en mí, la otra vez me divertí mucho viendo a un polluelo intentar volar y a un par de mariposas juguetear alrededor de mis hojas, a veces me pregunto ¿Por qué soy tan feliz? Además, he tenido la dicha de crecer cerca a ese arroyo que filtra al subsuelo y alimenta mi ser.

- ¿Cuánto tiempo llevas aquí? -Le pregunté con curiosidad

Ella se quedó pensando un rato y luego respondió -El tiempo es una construcción humana y no lo sé pero sé que nací un día, un día cualquiera, de pronto empecé a ser un árbol, por un tiempo estuve en silencio, observando y aprendiendo de mi nueva forma. Al principio cuando los pajarillos venían a posarse sobre mis ramas me causaban picazón y terminaba con ataques de comezón, otras veces las hormigas que caminaban sobre mí me hacían cosquillas y tenía ataques de risa, una vez hable con una oruga muy graciosa que me contó un par de bromas sobre humanos.-

- ¿Nunca has deseado moverte y explorar un poco más allá? - Volví a preguntar

La mujer árbol me miró sorprendida y juguetona a la par que respondió –“No, solo he deseado moverme y conocer más lugares, sino que en efecto lo he hecho, he estado cerca de playas y montañas, he visitado las pirámides de Egipto y he tomado café en Paris”

- ¿Cómo? -Le pregunté sorprendida

A lo que la mujer árbol me respondió con voz paciente -Las limitaciones solo existen en el cerebro humano, porque ellos mismos se las crearon, en el mundo en que yo vivo puedo ir y venir del modo en que yo desee, ahora hablas con la mujer árbol, tal vez mañana te sorprenda con hermosos colores y me convierta en arco iris.-

-No te entiendo- le respondí mientras me rascaba la cabeza a modo de frustración.

-No hace falta que comprendas aquello que bien puedes experimentar- me dijo la mujer árbol sonriendo amorosamente mientras posaba una de sus ramas largas sobre mi cabeza y me acariciaba el cabello.

Luego la mujer árbol colocó su mirada sobre el libro que traía en la mano y me pidió que le dijera el título.

-Se llama “La guerra y la paz”- es de León Tolstoi agregué.

-Debe ser un libro interesante- Me respondió, -¿Me lees un poco? Muy pocas veces tengo la oportunidad de que alguien me lea algo-.

Claro le respondí y mientras leía la mujer árbol empezó a bostezar, - “A veces los humanos se complican tanto la vida”- agregó al interrumpir la lectura, mientras sujetaba a una mariposa en sus ramas.

-Coloca tu dedo para que ella pueda posarse-Me pidiò.

Entonces dejó a la mariposa suavemente sobre mi dedo y esta se posó con sus hermosos colores azules, negros, amarillos y demás policromías sobre mi dedo índice.

-Ves, esto es lo hermoso del mundo que se pierden los seres humanos, por estar entretenidos de si-Susurro en mis oídos

Luego la mariposa voló de mi dedo y la mujer árbol volvió a bostezar.

-Es hora de mi siesta-Agregó y cerró los ojos para dormir.

Aun voy a visitar a mi amiga, la mujer árbol y ya no le llevo libros ahora dejo que ella me enseñe su magia. 


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