Tal vez tenías razón y yo era un monstruo pero tal vez
estabas total y completamente equivocado, “Te repudio” recuerdo esas palabras pero
no duelen, no lastiman, se han disipado en el tiempo, se han enrarecido con las
experiencias, son un eco suelto de un pasado, había algo aún, había algo que
necesitaba entender, me arranque la
piel y me la volví a poner, me desintegré, me volví polvo y luego volví hacia
mí intentando entender y construí algo nuevo conmigo dentro.
Entonces pude entender que realmente yo era un híbrido, era la
parte de suma del ADN de un monstruo y una mujer con corazón, era el resultado
de una amalgama, el viaje de descubrimiento me costó , así como me costó comprender que no, yo no
era un monstruo , su ADN corría por mis venas pero se había mezclado con el de
mi propia madre y paradójicamente mi fortaleza venia más de la bondad que de la
maldad y paradójicamente podía elegir a quien quería realmente parecerme y
créeme no ha sido nada fácil, porque el monstruo en mi es como un volcán dormido,
solo que he decidido entender mis orígenes y dejar de ocultarlos, aceptar que
lo llevo en mi interior, que esta allí, pero que el corazón es mi única oportunidad
de salvarme de la condena que le espera al monstruo.
Y lo paradójico es que también debo amar al monstruo en mi
interior, porque lo veo como lo vi a él como un pequeño niño herido que solo
dañaba para compensar las heridas que le hicieron en el pasado y si pude amar a
un monstruo porque no podría amar a esa mitad que vive en mi interior porque puedes
correr, puedes huir puedes intentar negar tu naturaleza pero esta allí
inherente a ti y yo la pude amar y amándote a ti me amé a mí y conociéndote a
ti pude llegar a la fuente de mi origen
y viéndote a ti pude entender lo que había en mí y entonces aceptar que
realmente yo era un hibrido porque yo realmente podía sentir, sentir lo suficiente
con el alma como para saber que hay un corazón que late con fuerza en mi
interior, sentir lo suficiente como para saber que yo puedo amar.
0 Comments