La dicotomía del bien y el mal

  • ¿Alguna vez se han encontrado en una situación en la que han tenido que elegir si irse al bando bueno o al malo? 
  • ¿Qué es bueno y que es malo en nuestro comportamiento? 
  • ¿Es correcto sentirnos mal por alguna vez tener deseos negativos hacia alguien? 
  • ¿Han escuchado alguna vez esa expresión que dice que todos tenemos un demonio y un ángel dentro? 
  • ¿Qué tan malvados podemos ser?  
  • ¿Existe un límite para la bondad humana? 
  • ¿Quién no se ha descubierto teniendo un pensamiento negativo hacia alguien e inmediatamente se ha flagelado o sentido culpable por tener ese tipo deseo?
 
Lo cierto es que todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido malos y otras tantas buenos, conviven dentro de nosotros esas dos fuerzas en constante lucha, las fuerzas del bien y del mal y son ellas las que en algún momento priman en nuestras decisiones.
 

La filosofía taoísta nos habla del Yin y el Yan como la representación de dos fuerzas opuestas pero complementarias cuya existencia es necesaria para mantener el equilibrio del universo. 

 
En mi opinión ocurre lo mismo con el bien y el mal, sin la existencia de lo malo no podríamos apreciar lo bueno de la vida y viceversa. El bien y el mal son fuerzas muy poderosas que pueden arrastrarte irremediablemente a un infierno o un paraíso terrenal, pero somos nosotros como ser humanos quienes finalmente tomamos la decisión y ejercemos el control sobre estas fuerzas. 
 
Así que, si en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido malos por desear algo negativo para alguien, no nos culpemos por ello, aceptemos y abracemos el mal dentro de nosotros sin remordimiento para poder avanzar hacia el siguiente escalón, crecer a partir de lo malo para poder reflejar lo bueno que también prevalece en nuestro interior. 
 
No está mal tener ideas negativas hacia eventos o situaciones, lo malo es quedarse en ellas y no avanzar. 
 
Entonces la siguiente vez que tu voz angelical interna se encuentre con tu voz demoniaca, escucha a ambas, acepta tu lado malo abrázalo, pero recuerda que al final tu construyes la realidad que te rodea dependiendo del nivel de bondad o maldad en tus decisiones.

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