Visitante inesperado


Me recosté en la cama mirando al techo, no tenía ganas de escribir, o mejor dicho había perdido toda inspiración para con mis escritos, miré el techo blanco de mi habitación y empecé a imaginar formas, simplemente no podía fluir con mis historias, me había paralizado y no sabía cómo sorprender a mis lectores con un relato que los transportara a lugares inexplorados, seguí recostado en mi cama con la mirada perdida en mis cavilaciones, cerré los ojos, debía pensar en algo pronto, sentí la suavidad de algo deslizarse por mi cuello, era la textura de algo frio, resbaloso y escamoso, mantuve mis ojos cerrados, sentí como se desplazaba lentamente sobre mi cuello para dirigirse a mi pecho, ¿estaba soñando?.

Abrí los ojos, allí estaba, era una serpiente coral, su piel relucía en colores rojos, amarillos y negros, me miraba con sus pequeños ojos, mientras zig zagueaba la lengua, me quedé helado, si me movía, la serpiente probablemente terminaría atacándome, seguí viendo su cuerpo largo desplazarse lentamente por mi vientre, y en movimientos serpenteantes escabullirse entre mis pantalones, estaba aterrado, frio, helado, la sensación era indescriptible, esa serpiente terminaría mordiéndome, allí justo en el lugar más sensible de mi cuerpo, la sentí deslizarse lentamente colocando todo el peso de su cola que se movía con lentitud en mi pecho, ahora el animal estaba enroscado sobre mí con la cabeza en medio de mis pantalones, sentí su piel fría deslizarse por mis testículos que se encogieron lentamente por el miedo, mi miembro circunciso estaba completamente expuesto, sentí la humedad de su cuerpo, y sentí también el movimiento de su lengua sobre mi aterrado miembro, miré una vez más y vi su cuerpo largo fino desplazarse sobre mí, cerré los ojos, “Está pasando lo que  ocurre en las películas” pensé, esto no tiene sentido, no puede aparecer de la nada, una serpiente de coral en mi habitación en plena ciudad de Lima en el piso 14 de mi apartamento en San Isidro, simplemente no tenía sentido, cerré los ojos con fuerza y me negué a sentir, abrí los ojos con la esperanza de no ver al animal allí, pero aun podía percibir su piel, ¿Cómo esta alucinación podía sentirse tan real?, abrí los ojos y allí estaba su cuerpo largo desplazándose por la entrepierna de mi pantalón, debía actuar rápido, me levanté de golpe, sentí al animal sacudirse atrapado la mitad del cuerpo en mi cinturón, tomé valor lo agarre de la cola y lo aleje con fuerza de mi para terminar lanzándolo contra la pared del apartamento, cayó enroscada y se deslizó con la rapidez propia de su especie hacia el balcón, para terminar enroscándose alrededor de los helechos, mientras sacaba la lengua con  furia y emitía un siseo aterrador. 

Sonó el teléfono, en la bruma del miedo contesté, era el vecino del piso superior, me explicó que hace poco había comprado una serpiente de coral para un proyecto de fotografía profesional con modelos, me alertó sobre la desaparición del ofidio, pero agregó que no era venenoso y en realidad era más bien inofensiva, al finalizar la llamada, terminé con una risa enorme en el teléfono.

Fuente de la imagen: DarkzxllYumiz

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